miércoles, 25 de noviembre de 2015


“No hagas de la violencia una costumbre”

La violencia es una palabra que nunca debió existir en ninguna parte del mundo, ya que provoca tristeza y muerte.

Los seres humanos contamos con la capacidad de diferenciar lo bueno de lo malo, sin importar nuestras preferencia sexual, religión y clase social a la que pertenezcamos.

Por eso es importante crear conciencia de lo que provoca socialmente, en nuestro entorno y sin excusa ni pretexto empecemos con nosotras mismas como mujeres que muchas veces inconsciente mente la generamos y promovemos en el sexo masculino.

 
 

martes, 17 de noviembre de 2015


Cuando el umbral de la noche se abrió aparecieron los poetas malditos, su presencia lleno el under que aguardaba en su escenario la poesía y música festejando el onceavo aniversario de “La herencia de Maldoror”.

Cada uno, extasiaron nuestros sentidos al escuchar de sus bocas humeantes, palabras que estremecieron los huesos calcinados por la emoción de verlos en el escenario.
 
 
Señorita muerte ¿Qué hace usted aquí? Sí tenía la puerta cerrada ¿Cómo es que pudo entrar?
Entré a través de tus heridas, en la cuenca de tus ojos por el agujero que dejó la bala perdida que tu padre disparó. En el contrato que firmaste al nacer, Hay una cláusula que dice:
“Yo, tengo permiso para entrar”
 
Señorita muerte Ahora entiendo lo que dice Ya recuerdo que otras veces La he visto por aquí.
Estuve contigo en el regazo de tu madre Cuando la fiebre llegó Estuve en el columpio cuando la cadena te ahogó. Estuve en la condena. Y en la pistola, cerca de tu corazón.
Hoy vengo en tus heridas Que poco a poco se pudren Mientras te lame un perro.
Señorita muerte Deme la mano por favor Quiero pensar que estoy soñando. Y que usted es ese sueño que tanto esperé. Señorita muerte, Deme un beso por favor Quiero sentir sus huesos Y sentir un poco de amor.
¡Cierra tus ojos! ¡Vámonos de aquí! Siente mi mano Mientras el gusano Saca el bisturí.
Señorita muerte
Sra. Maldoror
 
 
 
Raza de Abel, duerme, come y bebe;
Dios te sonríe complaciente.
Raza de Caín, en el fango
cae y muere míseramente.
Raza de Abel, ¡tu sacrificio
le gusta oler al Serafín!
Raza de Caín, tu suplicio
¿en algún alba tendrá fin?
Raza de Abel, mira tus siembras
y tus rebaños prosperar;
raza de Caín, oigo tu entraña
cual perro viejo de hambre aullar.
Raza de Abel, calienta el vientre
junto a tu lumbre patriarcal,
raza de Caín, en tu antro
¡tiembla de frío, pobre chacal!
¡Raza de Abel, ama y pulula!
Tu oro también engendra hijitos.
Raza de Caín, alma que arde,
¡cuídate de esos apetitos!
Raza de Abel, creces y engordas
¡como chinches de madera!
Raza de Caín, por las tutas
¡arrastra a tu familia entera!
II
¡Ah raza de Abel, tu carroña
ha de abonar el suelo humeante!
Raza de Caín, tu tarea
aún no fue cumplida bastante;
raza de abel, tu oprobio mira:
¡el chuzo al hierro ganó la guerra!
Raza de Caín, sube al cielo,
¡y arroja a Dios sobre la tierra!
 
Abel y Caín
Charles Baudelaire
 
La noche, esa maldita noche,
la oscuridad trae tu recuerdo a mi mente,
el silencio ratifica tu ausencia
y la soledad destroza mi alma.
La noche, esa maldita noche,
recuerdo como mi cuerpo se hizo sangre,
mientras el tuyo se convertía en vino,
entonces mis manos fueron garras
y las tuyas mariposas.
La noche, esa maldita noche,
cuando nuestros cuerpos fueron uno solo.
Si, viajamos al mundo de los sepulcros
y probamos la dulce miel de la muerte.
La noche, esa maldita noche,
donde experimentamos la agonía del amor
y el placer del dolor.
La noche, esa maldita noche…
En que de ti me enamore.
Estando la noche desierta
mi alma empieza a desangrarse,
empieza a volar.
Soy libre al fin
se abren mis alas y emprenden el vuelo
soy libre al fin
murmura mi alma.
Quiero ir contigo
en esta noche de magia
quiero desprenderme y no regresar jamás
quiero volar contigo
a tu paraíso.
Quiero ser libre sólo a tu lado,
el túnel de luz espera,
soy libre al fin.
Aún cuando el viento
despojo de mis manos
las últimas cenizas de nuestro amor,
yo te sigo amando
con toda mi alma.
A donde me lleva la noche furiosa
que me aleja de tus besos,
me quita de tus brazos
tus tibios labios se convierten
en recuerdos sombríos.
Ni tus manos ni tu voz pueden detener mi partida,
las lágrimas se convierten en rocío
y mi corazón se hace libre batiendo sus alas
y nuestro amor se envuelve en llanto y despedida.
Que la vida no es más que una carcajada de la muerte,
Y la muerte no es más que una leve sonrisa de la eternidad…
La princesa
Rodolfo Velázquez
 
 
Voces desde ultratumba (off)
¿Qué es lo que hago aquí?
¡Déjenme salir!
Hace días, varios días
Que por muerto me dieron
A una tumba muy fría
Llevaron mi cuerpo.
¿Pero, qué ha pasado?
¡Desperté del sueño eterno!
No me puedo mover,
Y mil pensamientos de desesperación desgarran lentamente
Mis nervios y corazón.
Amigo gusano
Arroja sus larvas sobre mí
Comienzan a nacer
Las siento subiendo por mis pies.
Orina y mierda.
Mis manos empujan
Mis manos desgarran
Me quedo sin uñas
La sangre brota desde mis entrañas.
Gritos apagados
En la eterna noche.
Nadie me escucha
Nadie responde
Coro: Enterrado vivo, castigo maldito. Enterrado vivo, ahogados gritos.
El suplicio termina
Cuando la esperanza muere
Callado rezo ¡Maldito sea Dios!
Callado imploro al amigo gusanos
Comienza tu tarea, come vivo.

Enterrado vivo
Sra. Maldoror


¡Ahora que ella ha muerto yo soy libre
y puedo emborracharme cuando quiera!
Cuando volvía a casa sin un céntimo
me destrozaba el alma con sus gritos.

Ahora soy dichoso como un rey;
el aire es puro, el cielo es admirable…
Recuerdo que también fue como éste
aquel verano en que la conocí.

Esta sed espantosa que me abrasa
para calmarse necesita al menos
de tanto vino como quepa allí,
en su tumba, lo cual no es decir poco:

en el fondo de un pozo la he arrojado,
y además he cubierto su cadáver
con piedras que formaban el brocal.
¡Intentaré olvidarla, si es posible!

Invocando amorosos juramentos
de los que nada puede desligarnos,
y para hacer las paces y volver
a la embriaguez de aquellos buenos tiempos,

le rogué que acudiera a aquella cita,
cita nocturna en un camino oscuro.
¡Y acudió! ¡Qué mujer más insensata!
¡Todos estamos más o menos locos!

Vi que todavía era muy hermosa,
aunque ya fatigada. En cuanto a mí,
la amaba demasiado. Y ésta fue
la razón de decirle: ¡Has de morir!

Nadie va a comprenderme. Sé que nunca
uno de esos obtusos borrachines
pensó en el desvarío de sus noches
hacer una mortaja con el vino.

Ninguno de esos crápulas, tan sólidos
como una de esas máquinas de hierro,
ni durante el invierno ni en verano
ha conocido el verdadero amor,

con sus encantamientos de negrura,
su cortejo infernal de mil temores,
sus frascos de veneno, con sus lágrimas,
sus ruidos de cadena y de osamenta.

¡Por fin me siento libre y estoy solo!
Esta noche estaré como una cuba;
y sin temor y sin remordimiento
me tenderé en el suelo una vez más

porque quiero dormir a pierna suelta.
Y las pesadas ruedas de los carros
con su carga de piedras y de fango
o los trenes rabiosos, bien podrían

mi culpable cabeza machacar
o dividir mi cuerpo en dos pedazos.
Yo me río de todo, del Demonio,
de Dios y de la corte celestial.

El vino del asesino
Charles Baudelaire


Así sacie mis viseras de música de violín, sin dejar de escuchar el poema Lobo que con su aullido estuvo presente.
 
 
Sigue el trabajo de estos estupendos artistas en:
 
 

martes, 10 de noviembre de 2015


La herencia de maldoror”  disfruta la noche del 15 de Noviembre estará cubierta de oscuridad, donde los silencios se opacaran con la poesía y los lamentos se ahogaran con la música, sin parar los sollozos de las almas que vagaran en el espacio; Jugueteando con los artistas que las rencontraran en este mundo lleno de soledad.