miércoles, 29 de julio de 2015



Me alegra continuar con la segunda parte de esta entrevista. En la primera conocimos tu faceta de artista y ahora estará tu esencia de mujer.

MCS: ¿Te gusta tu nombre y su significado?

Verónica: Sí, claro que me gusta. Es un nombre muy común, pero me agrada. Te contaré un par de anécdotas al respecto. Primero lo del significado, que por sus raíces latinas es: Verdadera Imagen (Veros e Iconos), y que en el Nuevo Testamento se refería a la mujer que auxilió a Jesucristo, al limpiarle el rostro que se encontraba lleno de sangre, y queda estampado en un manto. A esa mujer, al correr del tiempo le llamaron Verónica (la que llevaba la imagen verdadera de Jesús).
Y bueno, en mi vida ha tomado significado porque juego mucho con la idea de la imagen, las leyendas, etc.
Una anécdota que te puedo contar es desde el momento mismo en que nací, porque mi padre era de la idea de ponerme el nombre del santo del día de mi nacimiento: trece de enero. Me correspondía: Gumersindo, Glafira, y… ¡Verónica! Me salvé por un pelito de que ahora me llamarás “Gume”.
Otra anécdota es que nunca faltó alguien en mi salón de clases que se llamara Verónica. Siempre había alguien a mi lado con este nombre. A la fecha, dos de mis mejores amigas se llaman Verónica. ¡Tocayas!.

MCS: ¿Cómo fue tu niñez, tu adolescencia? ¿Qué recuerdos tienes?

Verónica: Mi niñez fue entre atormentada, pero muy sana, gracias a mi abuela. Atormentada, porque siempre es difícil no tener el apoyo de ambos padres. Mi madre tan niña y mi padre ausente. El abismo generacional de mi abuela, fue muy impactante, pero ahora se me hace de lo más hermoso que me pudo pasar. Te puedo decir que me sé de memoria canciones muy pero muy viejas, y que cultivé mi cultura gracias a que mi abuela era muy generosa en obsequiarme libros. Mi niñez, tiene un pasaje que no te puedo contar, que me marcó mucho, mucho, tanto, que te puedo decir que los monstruos de la señora Maldoror, nacieron en esa época, pero no para destruirle, sino para protegerle.
Mi madre recuerda con mucha ternura y orgullo que cuando tenía ocho años me hice fan de Edgar Allan Poe, y justifica mi afición por el arte oscuro, gracias al genio de Boston.
 
 
MCS: ¿Algún integrante de tu familia influyo más en tu educación?

Verónica: El no pertenecer a una familia nuclear tiene sus ventajas, porque no te compromete en roles de estricta obediencia. Así, de esta manera podía un día domingo amanecer escuchando a Led Zeppelin desde el estéreo de mi tío. Al medio día escuchar bolero y en la tarde mecerme en un sillón leyendo a Nietzsche. Mi hermano fue muy importante en mi vida, él me motivaba para portarme bien, pero me ganaba siempre mi lado rebelde. Obviamente, mi educación la marcó mi abuela, creo que por eso soy como soy.

MCS: ¿Quién conforma tu familia?

Verónica: ¡Somos muchos!, bueno mi familia son mis hijos, mi madre, mis hermanos, mis tíos, mi pareja, mis primos y mi gato.

MCS: Muchas personas no están conformes con su sexo ¿A ti te gusta
ser mujer?

Verónica: Me encanta, me fascina ser mujer. Obvio, todo mundo tiene el derecho a ser cómo quiera ser, y lo respeto. Amo ser mujer porque tuve la fortuna de ser madre, de disfrutar mi cuerpo intensamente, de amarme y respetarme.

MCS: Existen muchos tabús alrededor de la sexualidad ¿Tú como la
        Vives?

Verónica: Yo siempre la he vivido PLENAMENTE, bueno como tú sabes, hay que ser responsables con uno mismo, y a partir de eso, trato de disfrutar con la máxima responsabilidad. No tengo obsesiones, soy bastante abierta a experimentar cosas nuevas, pero con la debida tolerancia y precaución.

MCS: ¿Crees en el amor?

Verónica: Sí, obviamente que creo. Soy amorosa en todos los puntos que sea posible. Amo a mi familia, a mis hijos sobre todo; amo a mi madre, a mi pareja, a mis gatos, a mis amigos y a mis amigas. Soy mega, mega amorosa. El amor entre pareja a veces es difícil, pero he encontrado el equilibrio, es decir, no soy dueña de nadie, nadie es dueño de mí, y sí me siento bien con mi pareja, pues le pido respeto y cariño. Sin embargo, creo que el amor más hermoso, sin duda, es el que doy y me dan mis hijos.
 
MCS: ¿Qué es lo que ilumina tu vida?

Verónica: Sin duda, mis hijos. Ellos son mi motivo, mi razón, mi esperanza. El amor al prójimo, el arte, la cultura, los animales.

MCS: ¿Eres exigente contigo misma?

Verónica: Sí, no te digo que mucho, la verdad es que doy más de lo que a veces puedo. No soy obsesionada, sin embargo me gusta alcanzar las metas que me propongo. Tal vez no sean a corto plazo, pero trato de hacerlas realidad.

MCS: ¿Has realizado todos tus sueños?

Verónica: No, no del todo. Una que otra pesadilla se me ha hecho realidad, pero es parte de la historia que día con día uno va viviendo. Hay que moverse en tierra firme, hay que caminar y no cansarse. Los sueños a veces son quimeras con grandes bocas de fuego, hay que aprender a no quemarse. Te puedo decir, ojalá y nunca cumpla todos mis sueños, porque muchos son terribles.

MCS: ¿Para ti qué es la libertad de pensamiento?

Verónica: Sin afán de hacer un tratado filosófico, que es lo que encierra la pregunta. Te puedo decir que en lo personal, es la capacidad que tiene todo individuo de hacer y decidir sobre sus actos, obviamente sin perjuicio a terceros.
El libre albedrío, el libre pensar, es el principio básico para alcanzar la armonía en la humanidad.

MCS: ¿Crees que un verdadero amigo es aquel que te acepta tal y como eres?
 
Verónica: Por supuesto, y sobre todo que sepa escuchar, entender; que esté contigo en las buenas y en las malas, y viceversa, es decir, estar al pendiente también de ese amigo.
A estas alturas de la vida tengo grandes amigos, pero hay una persona en especial que puedo decir que es mi gran, gran amigo. Aunque he de dejar claro que uno no debe “abusar” del cariño de los amigos. Repito, RESPETO es la palabra.

MCS: ¿En alguna etapa de tu vida has tenido necesidad de consumir drogas? ¿Qué opinas sobre su legalización?

Verónica: No recuerdo bien por qué consumí alguna vez drogas. No puedo decir que fue por estar sola o no sabía lo que hacía. Psicológicamente estaba bien. La verdad lo hice por gusto. Sin embargo, es una experiencia horrible. La cruda moral, el peso social que en ellas se carga, cuesta mucho. Me di cuenta que es parte de un absurdo donde nos quieren llevar el sistema, y eso no me gustó. Ahora bien, hablar de legalización es muy profundo porque hay sustancias activas que son legales si llevan prescripción, y que pueden causar daños irreversibles si se consumen sin control. Hay drogas de diseño, sintéticas y muy caras que dañan hasta la médula del hueso y una vez consumiéndose por primera vez ya no las querrás dejar. Hay drogas comunes como el alcohol, el cigarro, que son permitidas y dejan estragos no solo físicos, sino sociales. La marihuana es un tema que se ha puesto sobre la mesa; en cuanto a sus usos medicinales, creo que sí es así, sería maravilloso contar con los estudios científicos apropiados y el control de las autoridades, sin que esto signifique que una trasnacional venga a imponer su “marca” sobre el uso permitido de la droga.

MCS: ¿Qué opinas de la comunidad LGBTTI? ¿Crees que es importante
hablar de estos temas con los hijos e hijas?

Verónica: Mi opinión es que son unas personas geniales y maravillosas. A veces no entiendo que a estas alturas de la vida pongamos etiquetas u ofender. A mis hijos les pido respeto y tolerancia. En casa no me gusta ningún comentario que pueda ofender las preferencias sexuales de ninguna persona.

MCS: Se habla de la violencia en todo el país y el mundo ¿Cómo te ha tocado enfrentarla?

Verónica: Mi camino siempre fue en la senda del arte, en este caso underground. Desde esta perspectiva, donde el mundo nos observa como seres oscuros y de maldad, te puedo decir, que somos mucho más sanos que aquellos que llevan la ley, que se involucran en mafias, que pertenecen a élites de grandes jerarquías. He vivido la violencia no solo física, sino emocionalmente, cuando han dañado a mi hijo. Descubrí que las cloacas de ficción donde me he refugiado toda una vida, no son nada comparado con la podredumbre del sistema corrupto, que escalona el poder, que apesta en sus orígenes, que daña, que corrompe. Y lo que más me duele es que los dañados sean los niños.

MCS: ¿Qué opinas de aquellas personas que no respetan la naturaleza y lo que la conforma?

Verónica: ¡Qué pena social, me causa ver a mi país sucio, por culpa de la gente! La conciencia de cuidar nuestro medio ambiente, la debemos tener TODOS.
Pero también es genial que existan personas que la cuidan, aunque todos debemos de respetar la naturaleza, nuestro entorno.

Vero, te agradezco el tiempo que nos diste para esta entrevista y espero no sea la última. Me quiero despedir con una última pregunta:

MCS: ¿En este momento eres feliz?

Verónica: Siempre soy feliz, sin el afán de un hedonismo falso. A veces me lleva la tristeza, pero es cuando mis musas maldorororianas hacen su aparición y pueden ser pretexto para una nueva canción, poema o guión de performans.

Sin embargo, en este momento soy feliz, porque te has tomado un tiempo para esta maravillosa entrevista. ¡Les quiero mucho, mucho!, desde siempre, mis queridas amigas Susy e Inés.